Las artes escénicas, como producción performativa, despliegan su abanico de posibilidades estilísticas y formales dentro de los procesos culturales de los que son parte. De este modo la obra, que manifiesta desde sus trazos formales opciones estéticas, expresa también, más allá de la intención de sus creadores, contenidos sociales, políticos, existenciales, comunicacionales. Así, aspectos que son propios de la cultura, se integran a trazos puramente estilísticos y marcan una característica de las artes; esta tensión entre los paradigmas culturales y las decisiones de los artistas, le otorga a las construcciones performativas, dinámica y complejidad a lo largo de la historia. Así las construcciones escénicas son productos vivos de la cultura, haciéndose necesaria la integración del contexto para una comprensión más acabada de las mismas. De este modo los ejes constructores de teatralidad y performatividad tales como: espacio, acción, expectación, cuerpo, energía, se despliegan creando relaciones con imaginarios sociales, cosmovisiones, intereses de clase, etc. Desde ahí, intentaremos propiciar metodologías de análisis de la puesta en escena que se vinculen con los elementos constitutivos de la disciplina teatral sin aislar su carácter social y político en el marco de los contextos culturales universales y regionales.